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26 nov 2018

Prueba Zuiko 90-250 F2.8 ED y Olympus EM1 MKII





Hacía mucho tiempo que quería probar este objetivo. Como no encontraba en internet imágenes de muestra en alta resolución tomadas con él  acompañado de la Olympus EM1 MKII,  me propuse poner remedio a eso. La verdad es que veo muchas pruebas en la red pero cuando clico encima de las fotos de muestra y se abre una pantalla a 1500 pix. de resolución máxima me llevo una gran desilusión ya que a esa medida todos los objetivos son buenos, o al menos lo parecen.


Por ese motivo si clicáis encima de las imágenes que pongo de muestra las veréis a tamaño real, tratadas con Camera Raw y Photoshop a partir del Raw original. El procesado ha sido muy sencillo: reducción de ruido si era necesario,  un poco de contraste, intensidad y poca cosa más. Al final os pongo también una selección de RAWS que podéis descargar y jugar con ellos, aquí no hay trampa ni cartón :-)
Por supuesto, me he esforzado en las fotos de muestra, ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras!



Allá por Febrero de 2005 Olympus anunció el desarrollo de varios objetivos de gama Top Pro dentro del sistema 4/3,  entre ellos este exclusivo 90-250 F2.8 que acompañaba en aquellos momentos a la E-1.  Aquella fue una generación de objetivos extraordinarios como el 300 mm F2.8, el 35-100 F2  o el 150 mm F2, por ejemplo, tanto por calidad como por peso y precio. Pero el morbo, si me permitís la expresión, está en saber cómo se comportarían con cámaras de última generación y por eso pedí una unidad del 90-250 a Olympus España que muy amablemente me cedieron durante unas semanas.

De izquierda a derecha: MZuiko 17 F1.8, MZuiko 12-40 F2.8 Pro, MZuiko 40-150 F2.8 Pro, MZuiko 300 F4 Pro y Zuiko 90-250 ED F2.8


Hay que recordar que para utilizar un objetivo de montura cuatro trecios (4/3) en una cámara del sistema micro cuatro trecios (m4/3) hace falta un adaptador, que en este caso fue el Olympus MMF3, sellado contra agua y polvo. Este adaptador dispone de pins electrónicos que mantienen la comunicación entre cámara y objetivo para la transmisión de datos de enfoque, medición, diafragma, etc. Y para acabar esta entradilla, decir que si aplicamos el factor de multiplicación de 2X del sistema m4/3 este 90-250  se convierte visualmente en el equivalente a un 180-500 F2.8 en cámaras de sensor de 24 x 36 mm! 


Este objetivo se diseñó cuando Olympus sólo disponía de la E1, una cámara réflex del protocolo 4/3 de 5 millones de píxeles de resolución y sistema de enfoque por fase. Actualmente la EM1 MKII, perteneciente al sistema m4/3 sin espejo, monta un sensor de 20 megapíxeles y dispone de un sistema de enfoque híbrido, por contraste para objetivos m4/3 y por fase con píxeles dedicados en exclusiva a ello en el sensor cuando montamos objetivos 4/3. Al ser este 90-250 uno de las primeras lentes del sistema 4/3 no dispone de la motorización de tipo SSW que si incorporaban los últimos Zuikos para ese sistema , pero visto el comportamiento creo que tampoco le hacía falta.


Esta evolución  a lo largo de 12 o 13 años que separa al 90-250 y las cámaras actuales son un mundo hablando de tecnología, pero me consta que Olympus ha hecho un gran esfuerzo por mantener al máximo la compatibilidad entre elementos de los sistemas 4/3 y m4/3. Por eso elegí este Pata Negra y me lo llevé a pasear unos cuantos días. Casi 3300 gramos de peso y 28 cm de longitud no pasan despercibidos y convierten al trípode en un buen aliado, aunque un servidor ha priorizado para esta prueba las tomas a pulso para exprimir y conocer las reacciones del conjunto cámara/objetivo en cuanto a estabilización, enfoque, etc.


Lo primero que hice fue comprobar si los firmwares de cámara y objetivo estaban actualizados y a continuación una sencilla prueba de front o back focus. Para ello utilicé el "Ajuste enfoque AF" que se encuentra en el menú personalizado A2 de la cámara, y puse un valor por defecto de -1, así corregí el pequeño desfase de enfoque que aprecié en esta unidad de objetivo. Por cierto, he tenido malas experiencias con los filtros protectores en los teleobjetivos en cuanto a errores de enfoque y nunca los monto cuando fotografío, decidme tiquismiquis. Las imágenes que veis son por tanto sin filtro protector, y eso que traía un Olympus original que debe valer un riñón!


 En cuanto a la estabilización de imagen a pulso, pude llegar a tomar series de fotos aceptablemente nítidas a 1/15 seg, a la focal de 250 mm, lo que supone unos 4 pasos de ganancia. No está nada mal para tratarse del equivalente a un 500 mm!


El enfoque automático se ha comportado bastante bien, tanto en rapidez como en precisión. No lo hace tan fantásticamente como los objetivos m4/3 nativos, por supuesto, pero es plenamente utilizable. Incluso me atreví con alguna serie de enfoque contínuo con las gaviotas del puerto y tengo que decir que no tuve más aciertos porque el problema era mío para mantener el animal volando dentro del encuadre con el objetivo sujetado a pulso. ¡Tres kilos son tres kilos!


Donde más dudas encontraba el enfoque, tanto en S-AF como sobre todo en en C-AF, era en zonas con poco contraste, pero al final nos acabamos conociendo y elegía zonas para enfocar con tramas, patrones o líneas rectas si ello era posible. Pero en condiciones normales no tuve mayores problemas con el foco. La velocidad de enfoque también es más que correcta y no tuve necesidad de poner el limitador de distancias en el objetivo, lo dejé siempre en la posición que va de la mínima de 2,5 m hasta infinito.


En honor a la verdad, ya he comentado más arriba que cuando el sujeto tenía poco contraste el porcentaje de imágenes con foco erróneo era mayor que el de un objetivo m4/3 nativo, pero tal como iban pasando los días y me iba acostumbrando a su manera de enfocar fui mejorando el porcentaje de imágenes con foco correcto hasta valores normales. No hay que olvidar que se trata de un objetivo muy extremo y necesité un tiempo de adaptación!


¿Y que tal se comporta este Zuiko 90-250 F2.8  cuando le montamos un multiplicador de focal? Pues gracias a Araceli Merino os lo podré contar y mostrar ya que ella me cedió amablemente una unidad de cada uno de los dos que en su dia fabricó Olympus: el EC14 y el EC 20, que aumentan la focal 1.4X y 2X respectivamente.


El multiplicador EC14 convierte a este objetivo en un 126-350 mm F4, equivalente en cámaras de carrete a un 250-700 F4 aproximadamente. La pérdida de calidad es mínima y al utilizarlo las cosas empiezan a complicarse ya que el poder de aumento empieza a ser brutal y necesitamos mucha distancia al sujeto. El AF también se resiente y el porcentaje de imágenes con foco erróneo aumenta, pero si hacemos las cosas bien al elegir un punto con contraste al enfocar todo estará correcto. La imagen superior es una muestra, con el punto de enfoque en la palabra "surfing".


Con el multiplicador EC20 las cosas se complican un poco más. El AF ya no es fiable para objetos con contraste medio o bajo, o bien muy lejanos y obtendremos excelentes resultados si montamos la cámara en un buen trípode y utilizamos la lupa de aumento y enfoque manual. La imagen de la Luna está tomada de esa manera, no hay que olvidar que estamos disparando con un objetivo equivalente a un 1000 mm F5.6!


Me encantan los teleobjetivos, no tanto por su poder de acercamiento si no por las perspectivas tan inverosímiles que ofrecen si buscamos el punto de vista adecuado. Comprimir las distancias y acercar entre sí objetos lejanos es un juego visual al alcance de muy pocas ópticas, y si además añadimos una luminosidad muy alta podemos utilizar los desenfoques como un recurso estético más. Para mi los teleobjetivos extremos no sólo son una herramienta en fotografía de naturaleza para tomar imágenes sin molestar, sino que me permiter explorar nuevos puntos de vista que sólo ellos nos pueden ofrecer.


El resumen de estas semanas de convivencia es que este Zuiko 90-250 es un objetivo excelente aún hoy en día incluso con cámaras que cuadruplican la resolución con la que fue desarrollado. Para obtener excelentes resultados tan sólo hay que prestar un poco de atención allá donde enfocamos y elegir una zona con algo de contraste, sobre todo con multiplicador de focal. Si utilizamos trípode y la lupa de aumento al enfocar veremos que la calidad óptica que puede llegar a dar aún con el multiplicador 2X es simpemente enorme. Y muy importante, tener paciencia los primeros días para conocer sus reacciones.
Pero no todo van a ser florecillas. Para mí este objetivo rompe la filosofía de lo que ha de ser el sistema m4/3. Es muy grande y pesado y escapa del concepto de portabilidad que caracteriza a Olympus actualmente, aunque por otro lado reconozco que es un punto a su favor que aún rinda a un altísimo nivel con las cámaras actuales.


También podría resumir mi experiencia con este objetivo respondiendo a un par de preguntas: ¿Me  compraria ahora el Zuiko 90-250 F2.8? Creo que no, el MZuiko 300 mm que tengo en mi bolsa es muy bueno y un poco mejor en algunas cosas. ¿Si tuviera un Zuiko 90-250 me lo venderia? Pues probablemente tampoco, es un objeto único, excelente ópticamente y muy versátil, creo que se quedaria en casa para algunos usos como fotografía en hides o teatros, preferiblemente con trípode o monopié.
Y nada más, a continuación os dejo unas cuantas fotos más y unos raw que podréis descargar para jugar con ellos si queréis. Como siempre, ha sido un placer y agradeceros que hayáis llegado hasta aquí.















A continuación os dejo unos cuantos RAW. Clicad encima de la foto y os llevará al archivo para descargar:


























































Ahora unos RAW con el multiplicador EC14:












































Y por último otros RAW con el multiplicador EC20:






























2 amigos han escrito:

Anónimo dijo...

Me parecen unos resultados fantasticos!!!

Antonio Arias dijo...

Fantastico analisis,
Gracias Martin.