Llevaba ya unos dias leyendo por todos lados que la luna llena sería este mes mas grande debido a que estaba muy próxima a la tierra . Así que me fui armado hasta los dientes con todo el arsenal fotográfico y me planté en medio del Paseo de la Playa con el trabuco montado en la cámara y ésta en el trípode. Y esperé. De repente una manchita rosa se destacó en el horizonte mas o menos por donde había previsto que saldría Selene y me puse a ajustar el trípode preso de la excitación (fotográfica, claro) . Cuando volví a alzar la vista, nada. Nada de nada, ya no estaba allí. Me giré a ver si alguien había visto qué había pasado y sólo vi a un señor que me miraba de lejos con una radio pegada a la oreja mientras el resto de la gente pasaba de mí y de la luna. Pero para cabezón mi menda, no había ido allí a exhibir el equipo y decidí perseverar. Apunté el cañón óptico (es un decir) en dirección a la posición prevista de mi amiga y a los pocos minutos apareció entre las brumas como un regalo del cielo, nunca mejor dicho. Casi me pongo a dar saltos de alegría, pero no había tiempo que perder y me puse manos a la obra: modo manual, iso bajo, F:22 (que estrés!), foto, foto, arf, arf, cambio a F:8 (porfa, no te vayas otra vez), foto, foto, arf, arf, enfoco a la luna, enfoco la barca, foto, foto, arf, arf (el sudor me pica en los ojos) bajo el trípode porque la luna va subiendo, bajo velocidad porque oscurece cada vez mas, foto, foto, arf, arf, (un ligero temblor de manos me ataca) y por fin decido acabar porque el brillo del satélite ya es muy fuerte. Respiro hondo y me apoyo en el trípode, jadeando como un chucho. Ya de bajón, me pongo a repasar mentalmente la sesión lunática y decido sacar la cámara del trípode para revisar las fotos con frenesí . De repente, una aterradora idea me viene a la cabeza: si me giro, seguro que una enorme multitud estará siguiendo atenta el espectáculo del fotógrafo epiléptico. Así que poco a poco me doy la vuelta atemorizado y con alivio veo que no hay nadie allí, que no me mira nadie. Tan sólo el señor de la radio está embelesado mirando el disco blanco mientras se saca un moco con parsimonia. Uf, menos mal, me quedo tranquilo y me pongo a recoger pausadamente los trastos pensando que el mundo está lleno de locos de atar.
Y me alegro de haber encontrado una terapia.
16 amigos han escrito:
jajajaja, cómo te comprendo!
Gracias por dejarme a pasear por tu blog, que me ha gustado pero esta imagen es preciosidad e impresionante!
Me encanta!
Pues te ha quedado preciosa esta imagen con las barcas y la red. Esplendorosa esa luna.
Jajaja, menuda epopeya! pero mira, me voy encantada porque me sentía decepcionada con mi luna (manual, sin trípode, dispara que dispara porque ya mi ojo no podía más...) y..... en fin, que las barcas son preciosas, me encantan ;)
Te dejo un beso.
Buen relato, justamente esto es lo que sentí yo, un extraño ahogo debido a que la zona que elegí, estaba presa de un tremendo oleaje y la brumita del agua de mar, le quitaba todo el contraste a mis fotos.
La foto que has elegido para mostrarnos tu experiencia, para nada trasmite que estabas estresado, más bien sugiere un lugar encantador con una luz estupenda y unas barcas que dan un primer plano de miedo. Una foto preciosa.
Enhorabuena.
Aventurillas para "cazar" a la hermosa...
Saludos!!
Bueno, Martín, siempre podrás echarle la culpa a la luna, que para eso está.
La foto, distinta, y de un grafismo muy potente.
Así, que la tenías tú, yo también salí a hacer unas fotos de la luna y tras haberla visto el día anterior en todo su explendor no hubo manera, miraba y miraba y en aquel cielo no había nada, claro la tenías tú.
Ja, ja, qué bueno Martín. Lo que me he reído. ¿Terapia? Ojo, que a veces es peor el remedio que la enfermedad, ja, ja. Muy buena imagen. Un saludo.
El uf, menos mal,...
...es bestial Martín.
La fotografía, es para exclamar,...
...lo mismo.
Gracias.
Besos.
B.D.C.M.
Eso mismo me pasa cuando hago macros en las lindes que dan a la marisma donde vivo. Cada vez me tiro en la arena o sobre los juncos (hay que peinarlos antes porque pinchan) para fotografiar arañas me levanto atemorizado de lo que pueda llegar a pensar alguien que me esté viendo.
La verdad es que esos momentos bien descritos dan para este tipo de entradas.
Preciosa foto.
Si la pillas antes no queda tan bien, que envidia tonal. Suerte en Sonimag.
Que maravilla de Fotografía.
El relato, es de no te lo pierdas; felicidades, Martin.
Muy buena entrada y fantástica imagen, Martin.
Me ha encantado la explicación tan divertida!! =)
una foto preciosa, esta, y todas las del blog!!
un saludo!!
Juas, juas, es lo que tiene esto de la fotografía, que la parte de mundo que no está dentro del encuadre parece que desaparece, hasta que vuelves a la realidad y te das cuenta de que te has pasado un buen rato haciendo cosas raras delante de un montón de gente... en fin...
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