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17 dic 2008

¿A dónde vas?



No hay nada que refleje mejor la levedad del ser que una hoja caída. Belleza efímera, le otorgamos una entidad que no tiene. Tan sólo es un residuo del árbol cansado que intuye el frío y se desprende de lo prescindible. Pero a nuestros ojos son como pequeños seres que huyen de aquello que los retenía, ayudados por el viento. Una idea romántica que se acaba cuando vemos la podredumbe que se acumula en el suelo, tumulo de hojas que cayeron buscando su destino. Está bien mirar hacia arriba buscando hojas voladoras, aunque sepamos de cierto que pisamos las que cayeron ayer.......
Olympus E3 + Zuiko 12-60

5 amigos han escrito:

Araceli Merino dijo...

Cosas del tiempo frio. En definitiva una analogía de la misma vida.

José María Díaz dijo...

Increible!! El "como se hizo" me impresionará de igualmanera. ¿La hoja la pusiste?. Tienes un ojo con el que descubres escenas que otros no vemos. El movimiento del pie me parece una auténtica virguería.

Feliz Navidad!!

madofthehill dijo...

Pues no sabría decirte que me gusta más, si lo que veo como imagen o lo que leo...

Tiene razón José María, tienes un ojo envidiable, espero que eso en cierta medida recaiga sobre los hombros de la experiencia y el tiempo y no sea todo innato, si no apañados vamos algunos...

saludos!

Abe Sanchez dijo...

Toda la materia se transforma y casi siempre acava peor.
La verddad es que te ha quedado una muy buena composición con la hoja llena de luz, otorgandole el protagonismo de la foto.
Un saludo.

Campurriana dijo...

No te había felicitado por esta fotografía, Martín. Bonito instante fugaz.