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El horror del fascismo


Tengo un recuerdo muy leve del final del franquismo, pero una cosa me marcó para siempre. Era muy niño cuando acompañé a mi  madre a renovar el DNI a comisaría y mientras estábamos esperando en la cola oíamos los gritos desgarradores de alguien que estaba siendo apalizado en los calabozos, al otro lado del patio. Tal vez se tratara de un delincuente común, pero a finales de los 60 es muy posible que fuera un sindicalista o un militante de un partido clandestino de izquierdas. En ese momento yo no sabía los motivos por los que aquel hombre estaba allí y me temo que nunca lo sabré, pero si sentí  que no se merecía aquel trato aunque hubiera hecho algo malo, cosas de niños. Visto desde los años y la democracia, me he dado cuenta de que las personas que intentaban construir un sindicato en la clandestinidad o formar un partido político para luchar contra la dictadura no eran delincuentes, pero así eran tratados por el fascismo.
Hoy, 24 de Marzo de 2018, el gobierno español ha anulado una ley del Parlament de Catalunya que garantizaba el derecho universal a la sanidad pública, esto es, sólo por el hecho de residir en Catalunya se tenía derecho a la misma sin más restricciones. Ahora ya no será así y puedo imaginar quien puede perder su derecho a la salud pública: los más desfavorecidos, por el motivo que sea. Esta ley es una más de las que ha tumbado el gobierno del Partido Popular que hacía de Catalunya un país de progreso socialmente hablando, que se une a la de pobreza energética, igualdad efectiva entre sexos, etc, etc.
Ayer, 23 de Marzo de 2018, varios diputados del Parlament de Catalunya fueron encarcelados como si fueran delincuentes por el simple hecho de trabajar por el progreso de su país. Los que tenemos una edad ya hemos pasado por esto y sabemos que es mentira, que las dictaduras marcan y apalizan a los que no les son afines, que destruyen a los que no agachan la cabeza y pelean por un futuro mejor para sus hijos. 
Los años y la vida me dan perspectiva y veo que los síntomas del fascismo vuelven a campar en nuestras vidas tinéndolas de gris horror. Pero aún estamos a tiempo de pararlo, trabajemos para que una floreciente primavera llene de democracia nuestras vidas. Yo no se si una República y una nueva constitución que evite las tentaciones del fascismo serán suficientes, pero creo que vale la pena intentarlo. No quiero ser un niño asustado, sólo quiero justicia.

5 amigos han escrito:

Unknown dijo...

Una forta abraçada

Picatrix dijo...

Vive usted en el mundo de las falacias. Esos parlamentarios a los que se refiere usted no han sido encarcelados por "trabajar por su país". Lo han sido por incumplir las leyes, incluidas las del propio Estatuto de "su país". Miedo debería darle el que el propio presidente del parlamento de "su país" diga algo tan "democrático" como que ningún juez puede perseguir al presidente de todos los catalanes. Eso si que se llama fascismo, amiguete. Puro y duro. ¿O es que usted piensa que los políticos deben estar por encima de ley? Por lo que si han trabajado es por el odio, la fractura social y el supremacismo ridículo del nacionalismo. Ahí si que han trabajado duramente. Aparte de robar el 3% a los catalanes. Hagaselo mirar, "demócrata"... Y ahora puede usted democráticamente suprimir este comentario "fascista".

Martin Gallego dijo...

Pues le agradezco su opinión, Picatrix, aunque como habrá observado es radicalmente opuesta a la mía. Sólo dejo de publicar los comentarios anónimos sean en el sentido que sean. Ni yo soy un democrata entre comillas ni usted un fascista también entrecomillado, creo que simplemente bebemos de diferentes realidades y fuentes de información. En todo caso, el tiempo y los tribunales internacionales darán y quitarán razones. Venga, un saludo!

Mara dijo...

Me alegra tu respuesta, Martin.

L.Manteiga Pousa dijo...

Los tiempos cambian. Con lo que defiende, o acepta el PP actual. durante el franquismo estarían considerados unos subversivos peligrosos izquierdistas. Incluso estarían considerados como de izquierdas durante la Segunda República.