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14 nov 2012

Razones para una huelga general


Supongo que como muchos de vosotros, he recibido un correo con el despilfarro de los eurodiputados españoles. Como estas cosas son complicadas de demostrar, he buscado una fuente fiable, y además os copio el artículo. Siento una vergüenza y una rabia inmmensa, cuando algunas personas tienen que dejar sus casa porque no pueden pagarlas, otros no son capaces de renunciar tan sólo un poquito a sus privilegios. Os copio el artículo de El Confidencial de julio del 2012:

La austeridad no va con ellos. Pese a la ola de indignación ciudadana que desataron hace poco más de un año por su negativa a volar en clase turista, los eurodiputados españoles se aferran a sus privilegios. Salvo unos pocos, avergonzados por las feroces críticas recibidas entonces, la inmensa mayoría de los 54 europarlamentarios de nuestro país sigue viajando en business a Bruselas y Estrasburgo -las dos principales sedes del Parlamento Europeo-, aunque son trayectos de apenas dos horas de duración.

Testigos presenciales han revelado a El Confidencial que al menos media docenade eurodiputados españoles volaron en clase business en el avión de la compañía Brussels Airlines con destino a Madrid que despegó de la capital belga a las 14.20 horas del pasado jueves. Entre ellos, Juan Fernando López Aguilar, del PSOE, y las populares Pilar del Castillo y Carmen Fraga.

El precio del billete de ida y vuelta en la clase business de Brussels Airlines, compañía controlada por la alemana Lufthansa, asciende a 1.450 euros por un trayecto de poco más de dos horas, mientras que la tarifa en turista se reduce hasta los 360 euros.

Según fuentes del Parlamento Europeo, los eurodiputados españoles prefieren viajar en Brussels Airlines porque esta compañía ofrece un vuelo los jueves, último día laboral de la semana para la mayoría, a las 14.20 horas, que les permite aterrizar en España antes de las cinco de la tarde. Si volasen con Iberia deberían tomar el vuelo que parte de Bruselas a las 19.05, lo que robaría algunas horas a su fin se semanacaribeño.

En abril de 2011, los furibundos ataques de una ciudadanía harta de las prebendas de los políticos y cada vez más empobrecida por la crisis y los recortes sacaron los colores a los 750 europarlamentarios de los 27 países socios de la UE, que rechazaron mayoritariamente -entre ellos 50 de los 54 españoles- aplicarse medidas de austeridad. Entre ellas, viajar en clase turista en lugar de en business o congelar su salario en 2012, que asciende a casi 8.000 euros mensuales, además de 4.299 euros para gastos de oficina y otros 20.000 más para asesores y personal administrativo.

Trayectos inferiores a cuatro horas

La propuesta de volar en clase turista, y no en business, cuando los trayectos fueran inferiores a cuatro horas, partió del eurodiputado portugués Miquel Portas, fallecido el pasado mes de abril. Portas pretendía que los miembros del Parlamento Europeodieran ejemplo a los ciudadanos apretándose el cinturón igual que lo hacían millones de compatriotas en toda la UE, agobiados por las políticas de contención del gasto, las subidas de impuestos y el desempleo.

Su iniciativa fue rechazada con el voto en contra de 50 europarlamentarios españoles -todos salvo Raúl RomevaRosa EstarásRamón Tremosa y Oriol Junqueras-, lo que provocó una ola generalizada de repulsa en la sociedad española, especialmente visible en las redes sociales. Hasta el punto de que las direcciones del PSOE y UPyD forzaron a sus representantes en Bruselas a recular, mientras que la del PP se comprometió a rectificar más adelante, cuando el Parlamento Europeo debatiese su presupuesto de funcionamiento para 2012.

Pero llegó ese momento, el pasado mes de octubre, y de nuevo la mayoría de la Eurocámara rechazó apretarse el cinturón. Ni siquiera aceptó recortar un 5% los gastos de oficina de los parlamentarios, y mucho menos una rebaja salarial o la supresión del privilegio de viajar en primera clase en sus desplazamientos en avión. La única concesión a la austeridad fue la congelación de las dietas que cadaeuroseñoría cobra por asistir a las sesiones plenarias, que asciende a 304 euros diarios.

Así que, apagados los ecos de la ira popular desatada hace 15 meses, la inmensa mayoría de los eurodiputados españoles -y de sus colegas de otras nacionalidades- sigue volando en clase business. "Aterricé en Barajas asqueado y enfadado conmigo mismo", asegura uno de los testigos del vuelo de Brussels Airlines del pasado jueves consultados por El Confidencial. "Me quedé con las ganas de decirle a alguno de nuestros sonrientes europarlamentarios si el billete de business se lo pagaba de su bolsillo o se lo estaba pagando yo con la paga extraordinaria que me acaban de quitar". 

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