Aquí no podía hacer un robado sin que se notara, ni pedirle a la señora que posara porque la foto perdería encanto. Así es que me armé de mi mejor sonrisa (ese día hasta me había afeitado) y le pregunté: "Señora, ¿Que me dejaría hacerle una foto mientras trabaja?" Me miró un par de segundos por encima de las gafas y volvió a su tarea imperturbable diciendo: "Pero sácame guapa, eh!".
Es curioso, en la imagen nadie ríe y sin embargo pienso que es una imagen positiva. ¿Será por alguna influencia de mi tocayo
Martin Parr?
Hala, sed buenos el fin de semana...