Entré en el bar a matar el rato, esperando a una persona. Pedí un cortado y encendí un cigarrillo. Ya al entrar había visto a la chica con el rabillo del ojo, y el sexto sentido disparó las alarmas: "!Hay foto, hay foto!". No quería girarme para verla, no había ido a hacer fotos. Y llegado el caso, no quería retratarla sin pedirle permiso. Así es que reuní valor (aunque no lo parezca soy muy tímido) y me acerqué a preguntarle si me dejaba fotografiarla. "!Claro!" me dijo rápido, y le dediqué una sonrisa profidén antes de llevarme la cámara a la cara y hacer tres fotos con distintas mediciones de luz (esta es la que mas me gusta). Luego evidentemente me preguntó para que era y le expliqué que tengo un blog de fotografía y que me encanta retratar a la gente en su ambiente. Ella pareció entender rápido, sonrió con la taza de té en la mano y noté que la sesión había acabado. Así que me despedí contento y le dejé mi tarjeta junto al portátil manzanero. Cuando salí por la puerta del bar pensé que esa mañana me tenía que haber afeitado......
Olympus E3 + Zuiko 12-60
15 amigos han escrito:
Justo enfrente del bar hay un centro de enseñanza de la imagen. Hay una posibilidad muy alta de que la chica esté relacionada con el mundo de la fotografía y por lo tanto le debió hacer gracia la petición. Cuando he caído en esto me he sentido un poco pardillo, jejejejeje.
saludos!
La verdad es que la foto te ha quedado muy bien, la exposición centrada en la chica que esta bien expuesta y el resto (ordenador, ventana,...) un poco sobreexpuesto le da una sensación heterea muy buena.
Saludos.
Una bella historia, Martín. Me encanta cuando se mezclan las tazas de té con las mesas de las cafeterías y las personas que se dedican un tiempo, que leen el periódico mientras desayunan o terminan alguna tarea pendiente...
Hazme caso Martin, eres hombre de Olympus. Haces las fotos como me gustaría hacerlas en cuanto a definición y pixeles. Em mi humilde opinión has encontrado la cámara justa para muchos años e incluso me estoy planteando comprármela.
Simpática historia (especialmente el final).
Pienso que si fuera cierta la posibilidad que apuntas, es ella la que tendría motivo para sentirse pardilla, al haber dejado escapar la oportunidad de conocer mejor a un gran fotógrafo, ;-).
Podría ser, pero eso no desmerece la foto.
Un saludo!
naaaaa, no pasa nada Martin jeje. Creo que la escena, aunque cotidiana, bien se merece una foto. Son este tipo de momentos los que de verdad tejen la vida y merecen ser fotografiados.
Y esta genial que te atrevieras a pedirle la foto.. yo me corto muuucho mucho en esos momentos y suelo pasar (aunque luego me arrepiento de no haberlo hecho). Supongo que en parte, porque me sería difícil explicar por que quiero hacer la foto!
Jajajaja!! Que buena historia… me ha encantado!!... bueno por lo menos ha servido que lo de afeitado está bien, puesto que nunca se sabe lo que sucede al salir de la puerta de casa!! ;-)
Es genial la manera de representar los momentos que tienes.
La luminosidad de la fotografía es para darle un 10.
Muy bueno. Yo también soy muy tíida para fotografiar personas ajenas. Pero a veces vale la pena ehcarse para delante.
Saludos
Me encanta la foto, n_n!
Ojala tuviese yo el impetu suficiente como para acercarme a alguien que no me conoce de nada y pedirle una foto. Por etica deberia hacerlo (tampoco he hecho ninguna, xD)pero no creo que fuese capaz. Me pondria rojo como un tomate y no sabria que decir >_<.
Un nuevo fan de tú blog fotografico, (n_n)=b!
Ale, un saludo!
A mi tambien me cuesta mucho ( muchisimo ) pedirle fotos a la gente. Pero a veces hay que arriesgarse. Si no lo haces puede que estes todo el dia dandole vueltas y pensando que has perdido una gran foto. Felicidades Martin , me gusta la imagen y me gusta como lo cuentas , con toda naturalidad y sinceridad.
Martín,
¡Que decirte! Pedazo de foto, es una suerte que ella fuese capaz de prescindir tan pronto de tu presencia y centrarse en lo suyo aún sabiendo que estabas fotografiandola. Muy bueno el retrato con ambiente, ojala otros tuviesemos el mismo ojo que tu...
Pardillo o no, la próxima vez te afeitas, eh?
Genial la historia que le da aun mas vida a la fotografia, ademas chapo por tu valentia ojala yo tubiera ese arrojo.
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