Cosas de crios

Recuerdo el verano, cuando era pequeño. No tenía mas compromiso que comerme lo que había en el plato y después salía corriendo a la calle, sin coches, a ver que sorpresas nos deparaba la tarde. El sol caía como una losa y los críos nos juntábamos debajo de una higuera a contar historias del sacamantecas, a jugar a los cromos o a coger lagartijas. Si mirabas a lo lejos, el calor subía del suelo haciendo figuras extrañas y decíamos que el infierno debía ser un poco así, y empezábamos a decir los pecados que habíamos hecho, como si el tronco del árbol fuera el confesionario que oía nuestras travesuras. Luego, subíamos a las ramas a competir con las avispas por los frutos mas dulces, hasta que al cabo de un rato, oíamos a alguna madre que llamaba para merendar. Parecía que siempre iba a ser así, que aquel verano no acabaria nunca.....

Cosas de crios.

Olympus E-300 + 14-54